En Reino Unido una mujer ha perdido la custodia de su hijo recién nacido por ser obesa. Las autoridades consideran que la señora no es consciente de los problemas de salud que acarrea la obesidad y que puede criar a su hijo en un entorno negativo. Antes de quedarse embarazada, la mujer pesaba más de 146 kilos, dio a luz al pequeño a través de una cesárea y en menos de 24 horas, ya le habían comunicado que no podía quedarse con su pequeño.
Junto a su marido (que también sufre de obesidad), ha tenido un total de seis hijos, entre los cuales ha habido un bebé de 25 kilos y un hijo de 13 años que ya pesaba más de 101 kilos. Las autoridades locales aseguran que les han advertido en multitud de ocasiones de que deben controlar el peso de sus hijos.
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