El secreto para que tus peques aprendan francés de forma divertida y útil

Todos somos conscientes de la necesidad actual de aprender un nuevo idioma, y es por ello que muchos adultos se proponen aprender idiomas para mejorar su currículum, encontrar empleo u optar por un puesto de trabajo mejor del que tienen en la actualidad. Se ha demostrado que introducirse en un entorno donde se habla otra lengua facilita enormemente su aprendizaje, por lo que muchas personas se marchan una temporada a otros país para aprender un idioma distinto. Y como la otra clave para aprender con mayor facilidad un idioma extranjero es hacerlo desde pequeñitos, vamos a ver cómo podemos conjugar estos dos aspectos para que nuestros hijos hablen en unos años una lengua extranjera como si fuese la suya propia.

¿Cómo pueden los niños aprender idiomas en otro país?

Como los más pequeños no pueden marcharse a una ciudad extranjera a trabajar y aprender así el idioma, pueden obtener las ventajas de la inmersión lingüística de otro modo: pasando largas estancias durante el verano o las vacaciones en otro país, haciendo amigos y entrando de pleno en una sociedad en la que aprenderán a manejarse en otro idioma, algo que les abrirá muchas puertas en el futuro. Por ejemplo, los cursos y clases de francés para niños que se realizan en diferentes ciudades francesas son perfectos para que éstos practiquen allí mismo una lengua de la que quizá conocían un poco de gramática por lo aprendido en el cole, pero que estaban lejos de hablar con fluidez.



¿Qué beneficios ofrece la inmersión lingüística?

La inmersión lingüística es la mejor base para el aprendizaje de cualquier lengua, y sus beneficios para aprender idiomas van ligados a muchos otros en varios aspectos de la vida de los niños:

  • Es posible que al llegar a un lugar en el que se habla una lengua diferente, un niño pueda sentirse desvalido o desanimado, pero el hecho de tener que hablar para comunicarse para sus necesidades básicas hará que ponga más énfasis en aprender, en escuchar, en fijarse y en estudiar, pero sobre todo en hablar y practicar mucho el idioma, en hacerse entender y lograr, finalmente, tener una conversación en el idioma francés, siguiendo con el ejemplo anterior, de modo que pueda conseguir un buen nivel del idioma.
  • Pero la inmersión no es solo a nivel lingüístico, sino que también se consigue aprender y comprender la cultura del lugar en que se encuentran, sus tradiciones, su gastronomía y su forma de vida.
  • El hecho de ver que el estudio y la conversación mejoran su nivel del idioma, hará que los niños se motiven y se esfuercen aún más para perfeccionarlo, yendo a más clases del mismo cuando vuelvan a su país y volviendo a realizar una inmersión lingüística siempre que sus padres se lo permitan.
  • Además, los niños que desde pequeños salen fuera de sus casas (y de sus países) para aprender nuevos idiomas, se vuelven más independientes y más autónomos, de modo que aprenden a valerse por sí mismos sin la ayuda constante de sus padres, y eso les hace crecer como personas.
  • Por otra parte, todo no va a ser estudiar, sino que también aprenden a divertirse con el resto de niños que, como ellos, han acudido a otro país en busca de un nuevo modo de aprender un idioma.
  • Para aquellos niños más introvertidos, salir a otro país a aprender idiomas les hará sentirse más seguros de sí mismos, aumentará su capacidad comunicativa y eso mejorará también sus relaciones una vez haya vuelto a su país de origen.

Como vemos, la inmersión lingüística cuenta con multitud de beneficios tanto para adultos como niños, aunque debemos tener en cuenta que si empiezan desde pequeños es más fácil que aprendan correctamente el idioma, sentando una base sólida sobre la que perfeccionarlo a medida que crezcan.

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