¿Cuándo pueden empezar a utilizar lentillas los niños?

Vivir con gafas no siempre es cómodo, en especial para los más pequeños de la casa. Hay veces en que jugando las gafas acaban por el suelo, otras les molestan y directamente no se las ponen; y en clases como las de educación física en muchas ocasiones las gafas son más una molestia que una ayuda. Por eso, nuestros hijos pueden utilizar lentillas. Aunque no existe una edad mínima para su uso, sí que hay que tomar una serie de precauciones con las lentillas. Es una opción cada vez más solicitada por los niños.

Las lentillas y los cordones de los zapatos

¿Tu hijo es capaz de atarse los zapatos por sí solo? Si la respuesta es afirmativa, el niño podría estar capacitado para llevar lentillas y cumplir con todos los hábitos higiénicos que implican. A partir de los 6 u 8 años, el ojo humano ha alcanzado su tamaño final. Como no crecerá más, los niños pueden empezar a utilizar lentillas de forma regular siempre que sean capaces de cumplir con esos hábitos higiénicos y adquieran las destrezas necesarias para utilizarlas. A la hora de adquirir estos hábitos, el tipo de lentilla es muy importante.

Existen dos tipos de lentilla en cuanto a su duración: las lentillas diarias y las mensuales. Por ejemplo, cuando la familia compra lentillas como las Biofinity de Vision Direct está decantándose por lentillas mensuales, ya que se renuevan cada mes. En cambio, si opta por otro modelo que se desecha al finalizar el día estaríamos hablando de lentillas diarias.

En el caso de los niños se recomienda empezar utilizando lentillas diarias. De esta forma, al estrenar lentillas cada día, el riesgo de que el niño padezca una infección ocular se reduce considerablemente. Su uso exige mucho menos cuidado y limpieza que las lentillas de uso mensual, que sí exigen unos cuidados diarios. Además, se pueden combinar perfectamente con el uso de las gafas.



De hecho, las lentillas de uso diario son la mejor opción en caso de que tus hijos rompan las gafas hasta que las nuevas gafas estén listas. También hay quien recomienda este tipo de lentillas entre los más pequeños en vez de las mensuales para evitar efectos adversos. Así, a medida que el niño se va acostumbrando a utilizar las lentillas diarias y a los hábitos higiénicos que implican llegará un punto en el que pueda utilizar las lentillas mensuales. Ya que tendrá asimilado todo el proceso de cuidado y limpieza que necesitan.

Ventajas del uso de lentillas en niños

Antes de hablar de las ventajas que tiene el uso de lentillas para los más pequeños de la casa, conviene destacar que las lentillas ofrecen una mayor visión periférica que las gafas, ya que se mueven a la vez que el ojo y abarcan todo el campo visual. Esto también ocurre en adultos, y entre las ventajas que nos ofrece están la corrección del defecto visual y que se evitan las distorsiones laterales. Pero más allá de estas correcciones, las ventajas de las lentillas se notarán en el día a día.

Es una evidencia que las lentillas mejoran el rendimiento deportivo de los niños. Es más, su uso les permite disfrutar del deporte de forma más cómoda ya que no existe el riesgo de que se caigan las gafas al suelo, se rallen, se rompan, etc. Otra cuestión a tener en cuenta es el aspecto psicológico de las lentillas, ya que muchos niños experimentan un aumento de la autoestima al utilizarlas en lugar de las gafas. Las lentillas hacen que se sientan mejor con su aspecto, quizá por esa comodidad de no tener que estar siempre pendientes de las gafas, lo que repercute en una mejor calidad de vida y confianza. De todos modos, lo más importante es hacerles entender que su valía personal y su buen aspecto no van a depender de que lleven o no gafas.

Por último, no podemos pasar por alto el factor responsabilidad, ya que ocuparse de las lentillas es una forma de que el niño empiece a asumir pequeñas responsabilidades en su día a día; y por último destacaremos que las lentillas son más económicas y fáciles de sustituir que las gafas rotas o perdidas.

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