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Salud

¿Cuáles son las infecciones de la piel más frecuentes durante la infancia?

Los niños son propensos a sufrir algunas enfermedades e infecciones en la piel. ¡Explicamos cuáles son las más frecuentes!

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Las infecciones comunes en la piel de los niños

La piel de los niños es especialmente vulnerable a la acción de agentes patógenos que causan enfermedades y lesiones. Por fortuna, muchas de ellas pueden ser tratadas en casa e, incluso, es posible prevenirlas.

En este sentido, resulta de gran importancia contar en casa con alternativas como la crema Sudocrem. Gracias a sus propiedades antisépticas, calmantes y regenerativas, este tipo de fórmulas ofrece una especie de barrera protectora, además de calmar el dolor de la piel y combatir las erupciones.

Conoce las 4 infecciones de la piel más comunes en niños

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Lejos de la importancia que algunos suelen darle, su función abarca desde la defensa contra agentes externos hasta la regulación de la temperatura.



Durante los primeros años de vida, la piel es más frágil y sensible. Basta con la exposición continua a los rayos solares para generar quemaduras, favorecer la aparición de manchas y pecas e incrementar las probabilidades de desarrollar cáncer de cara a la edad adulta. Asimismo, los niños son propensos a sufrir las siguientes enfermedades e infecciones:

1. Urticaria

Es una erupción cutánea caracterizada por el enrojecimiento de la piel y excesivo picor. En casos puntuales, su aparición se debe al contacto con algún elemento alérgeno, por intoxicación alimentaria o algún proceso infeccioso.

Sin embargo, la mayoría de las veces es consecuencia de un cambio brusco de temperatura, generalmente del paso del frío al calor. Por otro lado, también puede surgir por las picaduras de insectos, la ingesta de medicamentos o el uso de medicamentos.

  • Manifestaciones: Las áreas afectadas presentan habones, mejor conocidos como ronchas, que se muestran edematosas y algo inflamadas.
  • Tratamiento: Debido a que se trata de un proceso autolimitado, es suficiente con evitar el agente causal para lograr la resolución espontánea. Asimismo, es común que el médico especialista prescriba el uso de antihistamínicos orales, sobre todo, cuando se desconoce el origen del problema.

Recomendaciones

  1. Acudir a un pediatra alergólogo si el problema persiste durante más de 6 semanas.
  2. Limitar la exposición a los rayos solares o a temperaturas elevadas.
  3. Utilizar ropa de algodón orgánico.
  4. Tomar baños de agua fresca o aplicar compresas frías.
  5. Evitar el rascado.

2. Molusco contagioso

Esta infección es consecuencia directa de la acción del poxvirus: Moluscum contagiosum, por lo que comparte familia con el virus de la viruela. Su transmisión requiere de contacto con algún objeto contaminado y tiende a presentarse con mayor frecuencia en niños de entre 4 y 8 años, especialmente si practican natación. Asimismo, son vulnerables los peques que padecen piel atópica.

  • Manifestaciones: Los moluscos aparecen en forma de pequeñas lesiones sobreelevadas con depresión en la parte central. A diferencia de la urticaria, el picor es moderado y tiende a desarrollarse en los párpados, cuello y genitales.
  • Tratamiento: Si bien la afección puede desaparecer de manera espontánea, en caso de generar clínica significativa o presentarse en áreas expuestas al roce, conviene acudir al médico para la extirpación de las protuberancias. Este procedimiento se realiza bajo anestesia tópica.
  • Otros tratamientos recurrentes: Se puede aplicar la crioterapia y el uso de ácido salicílico en altas concentraciones. No obstante, el pediatra es la figura indicada para decidir el método más adecuado en función de las lesiones

Recomendaciones

  1. Cuidar la higiene de la piel.
  2. Prevenir la diseminación de las lesiones evitando tocar y rascar las zonas afectadas.
  3. Aplicar compresas de hielo.
  4. Desinfectar los juguetes u objetos de uso regular.

3. Verrugas

Corresponden a las infecciones cutáneas que provoca la acción del virus del papiloma humano, por lo que su transmisión obedece al contacto directo con personas infectadas u objetos contaminados. En la mayoría de los casos, son desarrolladas por niños de 5 a 12 años, aunque no distingue de edad ni género. Por tendencia, aparecen en las áreas más expuestas del cuerpo, tales como las manos y los pies.

  • Manifestación: Son lesiones sobreelevadas, generalmente de textura rugosa al tacto y de color rosadas o marrones. Pueden presentarse de manera única o múltiple, acompañadas de un puntito negro en su parte central.
  • Tratamiento: Exceptuando la aparición de síntomas importantes, no se indica ningún tipo de tratamiento, ya que las lesiones desaparecen por sí mismas. Sin embargo, tomando en cuenta su nivel de contagio y la zona en la que se encuentran ubicadas, algunos pediatras aconsejan la crioterapia o la aplicación de queratolíticos.

Recomendaciones:

  1. Aplicar vaselina salicílica.
  2. Evitar tocar, frotar o rascar las áreas afectadas.
  3. Mantener la piel muy bien hidratada.
  4. No compartir calcetines ni zapatos.

4. Pie de atleta

Hablamos de la infección fúngica que tiene especial origen en la maceración del sudor, por lo que suele ser frecuente en niños que practican deportes constantemente, pues este tipo de gérmenes proliferan en entornos húmedos.

Las lesiones son eritemato-descamativas y muy pruriginosas. Asimismo, tienden a exudar un líquido que, al contacto con las áreas sanas de la piel, produce el contagio.

  • Manifestación: En principio, la piel se torna enrojecida y seca, haciendo común la presencia de escamas y la formación de grietas. Conforme avanza la infección, aparecen las ampollas, el mal olor y la inflamación. En caso de propagarse hasta las uñas, estas presentan decoloración y engrosamiento.
  • Tratamiento: Para combatir la acción de los hongos, los pediatras y dermatólogos prescriben el uso de corticoides y fármacos antifúngicos.

Recomendaciones:

  1. Prestar especial atención a la higiene de los pies.
  2. Mantener la zona afectada libre de humedad.
  3. Utilizar calcetines de algodón y lavarlos siempre con agua caliente.
  4. Ventilar los zapatos y elegir calzados que favorezcan la transpiración.
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