Cómo estimular el desarrollo psicomotriz de tu pequeño mediante el juego

Cuando los niños son pequeños, su agenda personal se reduce a tres actividades básicamente: comer, dormir y jugar. Las dos primeras responden a una necesidad fisiológica que no pueden evitar. Y la última, jugar, responde a una necesidad evolutiva que no evitarían por nada en el mundo.



De hecho, el juego es una actividad tan divertida que podrían pasarse todo el día jugando. Y además tiene un peso tan grande en el desarrollo de su mente, personalidad y capacidades físicas que debemos prestarle toda nuestra atención como padres. Jugando el niño aprende cómo funciona su entorno, cómo relacionarse con él y, sobre todo cuando es más pequeño, le ayuda a comprender su propio cuerpo y a utilizarlo correctamente. Es lo que se conoce como psicomotricidad, y se trata de un proceso que lleva un tiempo aprender a dominar.

¿De qué manera favorece el juego la psicomotricidad de tu hijo?

Cuando tu hijo juega pone en práctica toda una serie de recursos que le obligan a ejercitar sus músculos, a afinar la precisión con la que sostiene un objeto, a mantener el equilibrio, a ganar en fuerza y resistencia para poder manipular el juguete que tiene entre las manos, etc. Por supuesto, unos juguetes son más apropiados que otros para ejercitar estas habilidades, así que vamos a mostrarte aquellos que están al servicio de la psicomotricidad de tu hijo y su desarrollo:

  • Mesa de actividades. Estas pequeñas estaciones de juegos están pensadas para que el niño estimule sus sentidos a la vez que desarrolla su motricidad fina, es decir, la que implica movimientos precisos y suaves. Estas mesas suelen ncluir elementos como un piano, teclas con dibujos de animales que emiten su sonido característico al pulsarlas, piezas de distintos tamaños, formas y colores para encajar en sus huecos apropiados, etc.
  • Puzles infantiles. Los puzles divierten tanto a pequeños como a mayores. Son juegos que obligan a desarrollar la atención, la inteligencia espacial, la agudeza visual y la motricidad fina de las manos con el objetivo de encajar todas las piezas en el lugar y posición adecuados.
  • Triciclo. Con un juguete como este, tu pequeño conseguirá desarrollar su sentido del equilibrio, así como la motricidad de brazos y, sobre todo, de piernas. Además, estará trabajando la musculatura de éstas, ganando en fuerza y resistencia, junto con la mejora de su capacidad pulmonar al realizar un trabajo aeróbico.
  • Juegos de montar. Aquí se encuentran los juegos encajables de madera, con diferentes formas como las de animales, casas, coches o personajes de todo tipo. Para los niños es un gran aliciente aprender a identificar la forma de cada objeto y colocarlo en su lugar correspondiente. Con esto no solo mejoran la precisión de sus manos al agarrar objetos y colocarlos, sino que aprenden el nombre de cada objeto o animal, comprendiendo sus diferencias.
  • Gimnasio con piezas móviles. Un gimnasio de este tipo, recomendable especialmente cuando se trata de niños muy pequeños de entre 0 y 2 años de edad, es muy útil para reforzar las articulaciones y musculatura de todas las extremidades. Y además potencian su curiosidad, porque tienen figuras móviles que cuelgan de su parte superior, animándoles a tocarlas alargando los brazos y las piernas para ello.
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