Pedro y el lobo

¿Estás buscando vídeos de cuentos infantiles? ¡Has llegado al lugar indicado! En nuestro canal de Youtube encontrarás muchos vídeos de cuentos perfectos para niños pequeños. En este caso te dejamos un cuentacuentos que enseñará un cuento con buenos valores a los peques de la casa. ¡No os lo perdáis!

Vídeo del cuento Pedro y el lobo

Aunque puedes leer y escuchar el cuento de Pedro y el lobo en nuestro vídeo, vamos a dejarte también la versión escrita de este cuento popular para niños.

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Érase una vez un pastorcillo llamado Pedro, que se pasaba la mayor parte del día cuidando a sus ovejas cerca del pueblo donde vivía. 

Todas las mañanas salía con las primeras luces del alba con su rebaño y no regresaba hasta caída la tarde. El pastorcillo se aburría muchísimo viendo cómo pasaba el tiempo.

Un día en que se encontraba descansando bajo la sombra de un árbol y tuvo una idea. Decidió que era hora de pasar un buen rato a costa de la gente del pueblo que vivía cerca de allí. Dispuesto a gastarles una broma se acercó y comenzó a gritar:

-“¡Socorro, el lobo! ¡Viene el lobo!”.

Los aldeanos agarraron las herramientas que tenían a mano y se dispusieron a acudir al pedido de auxilio del pastor. Al llegar hasta la pradera lo encontraron deshaciéndose en risas en el suelo, por lo que descubrieron que todo había sido una broma de mal gusto. Los aldeanos se enfadaron con Pedro y regresaron a sus faenas molestos.

Al pastor le había hecho tanta gracia la broma que se dispuso a repetirla. Así que, al rato, se volvieron a escuchar los gritos alarmantes de Pedro:

-“¡Socorro, el lobo! ¡Viene el lobo!”.

Esta vez los aldeanos se enfadaron mucho más con él y juraron no dejarse engañar más.



Al día siguiente el pastor volvió al prado a pastar con sus ovejas. Aún recordaba lo bien que se lo había pasado el día anterior engañando a los aldeanos con sus bromas. 

Estaba tan entretenido que no vio acercarse al lobo feroz hasta que lo tuvo muy cerca. Preso del miedo al ver que este se acercaba a sus ovejas, comenzó a gritar muy fuerte:

-“¡Socorro, el lobo! ¡Viene el lobo! ¡Auxilio!”.

Gritaba una y otra vez, pero los aldeanos hacían oídos sordos ante los gritos de auxilio ya que pensaban que se trataba de otra broma. 

 El pastor no sabía qué otra cosa hacer, por lo que seguía pidiendo ayuda, desconcertado sin saber por qué nadie acudía.

-“¡Socorro, el lobo! ¡Viene el lobo! ¡Se está comiendo a mis ovejas! ¡Auxilio!”

Pero ya era muy tarde para convencer a los aldeanos de que esta vez era verdad. 

Fue así como el pastor vio, con dolor, cómo el lobo se salía con la suya. 

Después de este día Pedro se arrepintió profundamente de su comportamiento. Es por ello que decidió que nunca más iba a engañar a nadie."

 

 

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