El llanto de los bebés, especialmente en los primeros meses de vida, es un auténtico enigma que muchísimos padres, sobre todo los primerizos, no logran descifrar. Un grupo de científicos de la prestigiosa Universidad de Harvard ha dado con una de las claves de estas reacciones. Según este nuevo trabajo, los bebés se despiertan y lloran por la noche para retrasar el nacimiento de un hermano. El motivo que subrayan es que la competencia fraternal incrementa el riesgo de mortalidad. Se trata, por tanto, de un mecanismo biológico de supervivencia, como sería también el rechazo a probar alimentos nuevos durante los primeros años de vida.
El informe científico añade además que el recién nacido llora instintivamente a altas horas de la noche para provocar la succión, ya que la lactancia materna actúa como anticonceptivo y retrasa el nacimiento de un hermano con el que repartirse los cuidados y las atenciones de los progenitores, una estrategia de selección natural se habría ido desarrollando a lo largo de miles de años.
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