El llanto de los niños al ir a la guarderia
Ese “todavía” es muy importante que lo entendáis vosotros. Los niños viven en el presente y no entienden el futuro. Sois vosotros los que poco a poco tenéis que ayudarle a entender que lo pasará muy bien.
Cerca del año, al niño le cuesta un poquito más la adaptación a la guardería porque está aprendiendo a recordar a sus padres cuando no están presentes. Aprenden lo que llamamos la permanencia del objeto. Un niño de esta edad, no entiende que cuando sus padres se van, siempre vuelven y cuando vuelven. Eso le angustia y llora porque se siente como abandonado, y además con personas que no conoce. Es una fase por la que pasan y el juego del cucú tras tras y el escondite les ayuda a superar este periodo.
Pautas que ayudan:
- Despedirse de los niños siempre aunque estén muy entretenidos y sea por poco tiempo, y decirles que vais a volver y cuándo. A lo mejor no lo entienden y se produce el llanto. Pero poco a poco entienden que lo que dicen sus padres se cumple. No os vayáis sin despediros porque si se dan cuenta es peor y empiezan a dudar y quieren estar siempre a vuestro lado, por si acaso.
- No dejarle en la guardería todo el día desde el principio. Llevarle poco a poco. Primero unas horas. Si se lo pasa bien, al recogerlo tendrá ganas de volver al día siguiente. No dejarle más horas solo porque ha aguantado el tipo. Si no le gusta, estas pocas horas, le ayudarán a que se acostumbre poco a poco. Más adelante ya le podréis dejar a comer y después a dormir la siesta. Es preferible hacerlo poco a poco para que el niño deje de llorar cuanto antes.
- Dejarle que vaya con su “osito de peluche” aunque luego lo tenga que dejar en la mochila. Significa que tiene algo familiar con él, algo de su casa. Es muy importante al principio.
Cuando el niño ya tiene 3 años y va al colegio, la adaptación es distinta. Tiene que quedarse todo el día. El niño es mayor, tiene lenguaje y entiende el tiempo de otra forma. Si llora los primeros días, está dentro de lo normal. Hablar con él, calmarle, decirle que estará bien poco a poco. Les cuesta como nos cuesta a nosotros volver al trabajo, con la diferencia que nosotros lo podemos entender y hablar y ellos no. Ir al cole es compartir, ser autónomo, tener pequeñas responsabilidades y eso es fácil para quién ya ha dado esos pasos en casa. Sin embargo, para aquellos niños que les cuesta más ser autónomo y no está acostumbrado a estar con niños, le puede costar un poco más.