Desterrando mitos sobre el comportamiento del hijo único

Muchos suponen que el hijo único se cría como un ser consentido, mimado y egoísta. Pero otros pasan por alto que el ser hijo único posee cualidades y menos defectos de lo que se pueda pensar.

Es un mito el pensar que todos los niños que crecen siendo hijos únicos tienen que ser egoístas, malcriados y rebeldes. Hoy en día se prefiere ver el lado positivo del tema. Se considera al hijo único como una persona independiente y tan normal como lo es alguien que tiene hermanos.

Algunos problemas que experimentan los niños, como la dependencia de los padres, el consentimiento, la sobreprotección, introversión,  no son sólo característicos de los hijos únicos. Somos los padres los que debemos estar atentos a que algunas reacciones normales no se exageren por el hecho de tener un sólo hijo, y de esa manera evitar esas actitudes que, erróneamente, se han asociado al hijo único.

Por otro lado es común que al crecer sin hermanos el niño sienta que todas las expectativas y exigencias familiares están cifradas en él. Algunos estudios señalan que si el hijo único crece con la idea de sentirse un ganador, es por  las ilusiones y exigencias  que sus padres demandan de él. Pero no todo es negro o blanco, las parejas que tienen un hijo único o varios pasan por las mismas circunstancias.

Lo que debes evitar es la sobreprotección, es decir la preocupación excesiva sobre el niño.  Por otro lado, debes propiciar la separacion entre padres e hijos,  lo que debemos hacer aquí es que el niño desde pequeño se quede en casa de sus amigos a dormir o inscribirlo en un campamento, eso hará que la separación no sea traumática.

Si haces un buen trabajo con tu pequeño, se caracterizará por ser creativo, generoso, ordenado, maduro, estable emocionalmente, y con buena autoestima.